#1 Casa de tierra y sangre
La mitad Fae, mitad humana Bryce Quinlan ama su vida. De día, trabaja para un comerciante de antigüedades, vendiendo artefactos mágicos apenas legales, y de noche, hace fiestas con sus amigos, saboreando cada placer que Lunathion, también conocido como Crescent City, tiene para ofrecer. Pero todo se derrumba cuando un asesinato despiadado sacude los cimientos de la ciudad y del mundo de Bryce.
Dos años más tarde, su trabajo se ha convertido en un callejón sin salida, y ahora solo busca el feliz olvido en las discotecas más famosas de la ciudad. Pero cuando el asesino ataca de nuevo, Bryce se ve arrastrada a la investigación y emparejada con un infame ángel caído cuyo pasado brutal atormenta cada paso.
Hunt Athalar, asesino personal de los Arcángeles, no quiere tener nada que ver con Bryce Quinlan, a pesar de que se le ordena protegerla. Ella defiende todo a lo que una vez se rebeló y parece más interesada en salir de fiesta que en resolver el asesinato, sin importar lo cerca que esté de su hogar. Pero Hunt pronto se da cuenta de que Bryce tiene mucho más de lo que se ve a simple vista, y que tendrá que encontrar una manera de trabajar con ella si quieren resolver este caso.
Mientras Bryce y Hunt corren para desentrañar el misterio, no tienen forma de conocer los hilos que tiran a través de la parte más baja de la ciudad, a través de continentes en guerra y hasta los niveles más oscuros de Hel, donde las cosas que han estado durmiendo durante milenios están empezando a agitarse...
#2 Casa de cielo y aliento
Bryce Quinlan y Hunt Athalar han salvado Ciudad Medialuna, por fin ha llegado el momento de bajar la guardia y tratar de volver a la normalidad. Para ello, han acordado tomárselo con calma y no empezar su relación hasta el Solsticio de Invierno, si es que antes no incendian la ciudad con su deseo.
Pero todavía no están fuera de peligro. Cuando Bryce, Hunt y sus amigos se ven involucrados en un movimiento rebelde del que no quieren formar parte, se dan cuenta de que tienen que tomar una decisión: callar mientras otros sufren o luchar por un mundo mejor. Y la verdad es que callar nunca se les ha dado bien.
