La terapia nunca se ha sentido tan bien.

Cuando la joven chica viene a mi oficina para una terapia de pareja, mi mandíbula se cae al suelo. La curvilínea y encantadora Karen, con un meneo en su caminar y una tímida sonrisa. Está aquí con el hombre guapo de la casa para resolver los llamados "problemas". Pero sé la verdad... la mocosa tiene algo ardiente bajo la manga.

Regla número uno: No te involucres con tu terapeuta.

Regla número dos: No te involucres con el hombre de la casa.

Regla número tres: Nunca pero nunca te involucres con los dos a la vez.

Fácil, ¿verdad?

Adivina lo siguiente…

Siempre he tenido una extraña relación con mi padrastro Mateo.

No nos entendemos.

Bueno, en cierto modo si lo entiendo.

Veo ese cuerpo tonificado, duro y musculoso.

Y mi madre se ha ido hace tiempo de la noche a la mañana, así que ¿por qué no?

Pero Mateo es moralista. Un buen tipo. Me quiere a mí, pero no se atreve a dar el paso.

Así que vamos a terapia juntos.

Excepto que el terapeuta es precioso, quizás tanto como el mismísimo Mateo.

Luciano Saavedra, ayuda a las parejas y familias a resolver sus problemas.

Pero el Dr. Saavedra no está interesado en arreglar cosas… él está interesado en otra cosa.

Mis curvas.

Mi cuerpo.

Mi deseo más oscuro.

Haciéndome jadear... mientras Mateo mira.

Esto está mal. Muy mal. Totalmente fuera de lugar.

Pero es la mejor terapia que he tenido...

Espera un momento porque estamos a punto de ensuciarnos las manos y quizás algo más. Tus amigos van a morir de la sorpresa cuando se enteren de que estás leyendo escenas un poco "calientes". Pero no su un problema, ¿verdad? Porque con nuestros libros, siempre hay tiempo para complacerse. Esta es una historia original, nada de cuento de hadas y con satisfacción (de esa que te gusta ti) garantizada.

¡Los quiero y asegúrense de tener un par de bragas de repuesto a mano porque las necesitaran!